GRUPO EXCURSIONISTA DE PEÑALARA EN LA SALIDA A LA MONTAÑA LEONESA (LEÓN).
20 al 22 de junio de 2025.
Crónica de un finde montañero con sabor a San Juan.
Este fin de semana, 23 socios de la Sociedad Peñalara pusimos rumbo a los Montes de León, con bungalows reservados en el camping de Vegacervera como cuartel general. El plan: naturaleza, amistad, caminata… y lo que surgiera.
El viernes fue un goteo constante de llegadas. Algunos aparecieron temprano, otros ya casi con el frontal encendido, pero al final acabamos todos reunidos en torno a una cena en el camping que fue tan simpática como animada. Comida sencilla, risas abundantes, y ese gustito de saber que por fin empieza el fin de semana.
El sábado arrancamos con energía y nos desplazamos a Casares de Arbas, donde comenzamos nuestra ruta del día. Empezamos subiendo al Cueto Negro, en la estación de esquí de Pajares. Buen comienzo, buenas vistas, y ya con el cuerpo entrando en calor.
Desde allí, el camino nos llevó hacia Peña Esquina, y luego, sin prisa, pero sin pausa, fuimos ascendiendo una gran cuesta que nos llevó hasta los picos de las Tres Marías. La cresta final, pese a su nombre imponente, se dejó recorrer sin complicaciones. En total, 15 kilómetros y 900 metros de desnivel positivo que se notaron en las piernas… pero también en las sonrisas.
Y cuando creíamos que el día no podía dar más de sí, ¡zas! Sorpresa en el camping: el pueblo celebraba las hogueras de San Juan, adelantadas al fin de semana para que todo el mundo pudiera disfrutarlas. ¿Cansados? Un poco. ¿Con ganas? ¡Muchas! Así que bajamos al pueblo, al ladito del camping, y allí nos sumamos a la fiesta.
La hoguera ardía mientras pensábamos, cada uno en lo suyo, en todo lo malo que nos gustaría quemar y dejar atrás. En este mundo tan revuelto, ese ritual de fuego tuvo algo de catarsis colectiva. Y como no podía ser de otra forma, acabamos bailando, riendo y celebrando la vida, como debe hacerse cuando uno se siente afortunado por estar rodeado de buena gente, después de una jornada intensa en la montaña.
Pero aún quedaba más. El domingo, con el cuerpo algo cansado pero el alma con ganas de monte, salimos desde el bonito pueblo de Cármenes para subir a la Peña Grande y al Pico Gallo. Esta ruta y pensando en la vuelta a casa fue un poco más corta, unos 12 kilómetros y 500 metros de desnivel positivo. Y qué regalo fue. Las vistas desde la cima eran espectaculares, con el horizonte desplegado en 360 grados de belleza. El campo estaba en pleno apogeo, salpicado de flores de todos los colores, y los hayedos y robledales lucían en su máximo esplendor, verdes, frescos, llenos de vida. Un verdadero baño de naturaleza para cerrar el fin de semana por todo lo alto.
Un fin de semana redondo. Montaña, amistad, fuego purificador… y muchas ganas de repetir.
Texto de Carmen Zapata.
Fotografías de los asistentes a la salida
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