
La comida de final de año de BTT se desarrollaba de forma pausada y para los comensales que compartimos amena e interesantísima conversación, la tardanza del servicio ofreció una experiencia estelar que permanecerá en mi memoria.
Es verdad que JM Blas ofreció un grato paseo por Guadarrama como coartada, asequible en tiempo, distancia y , sobre todo, evitando antiecológicos desplazamientos culpables. Por supuesto, colonizamos el parking de Guadarrama y tuvimos que acceder a la churrería por etapas, según se montaban bicis o se lograban mesas. Los peñalaros somos así: disfrutamos dando besos, desayunando de nuevo, ahora toca pasar al servicio y esa rueda que no va cuando toca arrancar. Un momento, ¡la foto de grupo! Y ahora sí que sí.

Ese día la luz dorada era almíbar preotoñal, no casi invernal. En esa rutita no rompimos hielo en los charcos ni rodamos sobre escarcha. Esto va en serio y mi colección de crónicas de la BTTda fe del cambio climático. Rápido y fulminante.
Se añadió un zumbido de bicicletas de amigos de otras vocalías o apuntados locales y Blas nos guió por una ruta de chavalería velopédica. La muchedumbre ralentizaba la marcha, pero contagiaba alegría y risas a los beteteros que bromeaban sobre salidas tan poco o muy marchosas dependiendo de a lo que se quiera aludir…
Llegamos al yacimiento romano de Miacum en Collado Mediano y tras formar una comunidad del anillo con nuestras bicicletas, descabalgamos para ver centro de interpretación, ruinas y al servicio, que ya vamos siendo mayores.

Devueltos al camino, Jesús Vázquez propuso extensión, no de sembrado esta vez, sino de bajadas “lapidarias”, gozo de ávidos beteteros y donde la bici fue paseada por sus montadores las más de las veces.

Menos mal, que tras el cierre, nos esperaba una cervecita y luego una comida que se extendió durante más de tres horas para consolarnos del periplo…No tenemos vergüenza…
Y el banquete dialógico se me quedará grabado porque, cuento de navidad incluido, fue animoso, interesante y muy placentero.
Brindo por la vocalía de BTT y por Nacho que la lleva y que un año más, me sigue sorprendiendo por mantener su niñez en ademanes.
Texto: Laura Serrano de Santos
Fotos: Ángel Pablo del Corral


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