GRUPO EXCURSIONISTA DE PEÑALARA EN LA SALIDA AL CAMÍN REAL DE LA MESA Y A LOS LAGOS DE SALIENCIA (ASTURIAS).
23 al 25 de mayo de 2025.
En lo alto de la Cordillera Cantábrica se extiende una de las rutas más cargadas de historia del norte de la península.
Mucho antes de que fuera camino, fue territorio. Y antes de ser territorio, fue hogar: el hogar de los astures, gente de hacha y ganado, con leyes propias y dioses antiguos.
Cuando los romanos bajaron del cielo gris del imperio hacia el norte indómito, se encontraron con la feroz resistencia de los astures.
Para someterlos, construyeron el Camín Real de la Mesa, columna vertebral y administrativa que unía Astúrica Augusta (Astorga) con Lucus Asturum (Lugo de Llanera).
La vía era más que piedras: era control, era dominio. Era el paso natural entre la meseta y el mar, entre Castilla y Asturias.
Sábado 24: Camín Real de la Mesa y brañas de Saliencia.
Tanto si deriva del latín verania como del céltico brakna, las brañas son lugares frescos y húmedos en zonas montañosas donde los pastos abundan en cualquier época del año.
Diecinueve peñalaros iniciamos la ruta en el pueblo de Arbeyales, ascendiendo por la Foz de la Güergola, una estrecha garganta labrada por el regueiru de Murias.
Nos desviamos a la izquierda hasta llegar a la braña de Murias, donde encontramos las primeras cabañas de teito tradicionales somedanas: edificaciones con paredes de piedra y techos de escoba o piorno, que fueron refugio de pastores y ganado durante el verano hasta bien entrado el siglo XX.
Continuamos el ascenso para conectar con la antigua calzada romana, de la que aún se conservan algunas losas y mojones de piedra (miliarios), y llegamos a la braña La Corra y al Colláu la Magdalena, con una vista excepcional sobre las brañas.
El descenso nos sumerge en un paisaje que conecta el mundo real del Parque Natural de Somiedo con el universo cómico y aventurero de Astérix.
Las brañas, con sus teitos, parecen aldeas galas. Las bañeras de jabalí que encontramos a nuestro paso, y el muérdago colgado por doquier en nuestro alojamiento, reforzaban la fantasía.
Domingo 25: Circular de los Lagos de Saliencia.
Desde el alto de la Farrapona, donde nos encontramos con el aparcamiento repleto de turistas —food truck incluido—, emprendemos la ruta final.
Siguiendo el P.R., vemos a nuestra derecha el mirador del Valle, a la izquierda el lago de La Cueva, y al fondo la mina Santa Rita, una explotación de hierro a cielo abierto activa hasta 1978, con su característico tono rojizo.
El día, soleado y de gran visibilidad, convirtió el paseo por el sendero de los siguientes lagos —Cerveiriz y Calabazosa (también llamado Negro)— en un espectáculo de colores, vacas y bocaminas.
P.D.
Mi más sincero agradecimiento a nuestra posadera Lucía, por ese sabio y considerado horario de desayuno a partir de las 9.
Gracias a ella, dormimos más… y soñamos mejor…
Texto de Concha González López.
Fotografias de los asistentes a la ruta.
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